El Museo Naval de Madrid inauguró, coincidiendo con el día de la Fiesta Nacional, una nueva exposición centrada en la participación española en la guerra de independencia de las Trece Colonias, que permanecerá abierta hasta el 8 de febrero de 2023.
Es uno de esos capítulos de nuestra historia que, por caprichos del destino, resulta poco conocido, tanto en España como en los Estados Unidos. Parece como si Joe Biden supiera de la próxima inauguración de esta exposición cuando en junio, durante su visita a Madrid con motivo de la celebración de la cumbre de la OTAN, hizo aquellas declaraciones que fueron muy comentadas.
«Algunos dicen que no seríamos un país independiente sin vosotros. La gran amistad que nos une nos hace aliados fuertes en todos los temas que nos enfrentan», decía POTUS al rey Felipe VI durante su encuentro en el Palacio Real.
Mucho se publicó entonces en medios de comunicación y en redes sociales acerca de esta afirmación del presidente estadounidense. Y fueron muchos los españoles que entonces tuvieron la primera noticia de la actuación de España en la guerra de independencia de las Trece Colonias del norte de América.
Sin embargo, esta oportuna exposición, en la que los especialistas del Museo Naval llevan muchos meses trabajando, va mucho más allá de la actuación bélica de nuestra Armada en la independencia de los Estados Unidos.
Como toda buena exposición, crea un contexto para que el visitante pueda comprender en profundidad las causas y el desarrollo de la presencia de la Armada española en aquella revolución que culminó con el reconocimiento de la independencia de la república.
Antes de entrar, nos da la bienvenida el que fuera primer marqués de Socorro, don José Solano y Bote. Uno de nuestros grandes marinos que son rescatados del desconocimiento gracias a exposiciones u otras actuaciones como esta. Precisamente recibió ese título de manos de Carlos III por haber acudido a socorrer con éxito al gobernador de Luisiana, Bernardo de Gálvez, en las acciones que culminaron con la toma de Pensacola.
Las dimensiones de la sala de exposiciones temporales del Museo Naval condicionan, de alguna manera, la organización de la muestra. Una serie de paneles con imágenes semitransparentes generan la división en “salas” temáticas para construir una narrativa centrada en cuatro temáticas:
- La presencia española en Norteamérica
- La armada de Carlos III
- La guerra marítima
- Un nuevo horizonte
De esta forma, el visitante se familiariza con una realidad menos conocida de lo que debiera: España, durante los siglos de la Edad Moderna, amplió su presencia en todo el continente americano, desde la Patagonia hasta Alaska. El antiguo virreinato de la Nueva España abarcaba lo que hoy es México y la mayor parte de los Estados Unidos. La mejor manera de acercarse a esta realidad es conocer los mapas que tan minuciosamente registraban la ampliación de los territorios españoles, y que constituyen una de las joyas del Museo Naval en forma de colección cartográfica. Sorprenden, por una parte, las dimensiones del territorio español; pero también, se ha sabido poner en valor la labor de grandes cartógrafos que, de manera meticulosa, fueron dibujando las costas y el interior del continente. Merece la pena pararse a leer el detalle de las cartelas que incluyen estos mapas. Lo mismo sucede con las leyendas que acompañan la distribución de fuerzas de los diferentes bandos. Una de las características de esta exposición es, precisamente, la selección de piezas tremendamente detallistas en el relato de lo que muestran.
Una vez en contexto, podemos observar los cambios de la Real Armada en el siglo XVIII, tanto en el ámbito legislativo, con las nuevas ordenanzas, como en el aspecto táctico. Este incluía, además de lo estrictamente militar, la colaboración de personajes como Diego Gardoqui, empresario que puso sus bienes y su actividad comercial al servicio de la inteligencia española, proporcionando ayuda económica y militar a los rebeldes, con medios camuflados en sus barcos mercantes.
Todo se ponía al servicio de una España que buscaba debilitar a Inglaterra, su gran enemigo. De ahí la justificación del título de la exposición: «Del Caribe al Canal de la Mancha». Porque España no combatió solo en Pensacola, bajo las órdenes del genial Bernardo de Gálvez. A la vez, abría otros frentes que multiplicaban los esfuerzos ingleses. Y siempre, un objetivo: proteger los intereses españoles en Europa y América. No se logró recuperar Gibraltar. Sin embargo, fue este uno de los mayores despliegues militares de la guerra. El espacio dedicado al sitio de Gibraltar, en aquel duro y vano esfuerzo de España por recuperar el Peñón, aparece muy bien reconstruido a partir de planos, mapas y modelos que reflejan la intensidad de aquel asedio.
Al final de esta contienda, España se había fortalecido frente a Inglaterra; recuperó Florida y Menorca, consolidó su fuerza en el Caribe, y contribuyó al nacimiento de un nuevo aliado en el panorama geopolítico. Sin buscar crear leyendas de ningún color, la exposición del Museo Naval logra que el visitante termine con la satisfacción de haber conocido otra más de esas «páginas de la historia de España escritas en la mar»*.
Más información: https://fundacionmuseonaval.com/delcaribealcanal.html
Vídeo con el proceso de montaje de la exposición y el resultado final
*AAVV: Historia de la Armada. Páginas de la Historia de España escritas en la mar. Publicaciones del Ministerio de Defensa. Madrid, 2020