Puede que Jerónimo Merino y Cob, “el cura Merino”, sea uno de nuestros personajes históricos más populares, aunque no por ello de los más y mejor conocidos. Parece claro que, a casi todos los españoles, si exceptuamos a los de las últimas generaciones cuyo despego por su propia historia es casi un distintivo, por lo menos les sonará. Algunos de ellos podrán situarle históricamente, otros lo confundirán con el regicida Martín Merino. Bastantes conocerán que fue uno de nuestros héroes de la guerra de la Independencia, pero muchos menos su posterior participación en la guerra de la Constitución o en la primera guerra carlista y, lamentablemente, muchos de estos tendrán en su mente no la verdad sobre quién fue y qué representó, sino la caricatura de “moreno, bajito y feo” que los enemigos del hombre y de su lucha han difundido.
Gran parte de lo que se ha escrito sobre “el cura Merino” tiene poco de historia, bastante de novela y mucho de libelo. Si solamente hubiera luchado en la guerra contra el francés hubiera sido u héroe para todos, pero al definirse doctrinalmente tanto en la campaña Realista de 1821-1823 como en la guerra de los Siete Años, todos los enemigos de las ideas que defendió también lo fuero suyos y fueron incapaces de reconocerle mérito alguno. De ahí el interés de la obra de José Antonio Gallego García: El cura Merino. El vendaval de Castilla. Se trata de una obra en dos volúmenes editada por el Foro para el Estudio de la Historia Militar de España, a presentar el 8 de abril de 2019.
